Era la una de la madrugada de un viernes, debería haber llegado antes de las doce, pero hoy su madre no le había puesto hora de llegada, ni si quiera la había llamado, ni una llamada perdida, ni si quiera un SMS, sin embargo ella se temía que si sus padres estaban despiertos, o en el peor de los casos ella les despertaba le caería la bronca del siglo.
Se bajó del coche con la camiseta de su chico puesta, le besó y se acercó a la puerta de su casa, buscó las llaves en su bolso, por suerte esta vez no se las olvidó, introdujo la llave en la cerradura y la volteó intentando hacer el menos ruido posible, clac, clac, suena el eco en su casa, ni una luz, ni un sonido. Están todos dormidos, “cómo se preocupan por mí” piensa ella, se quita las zapatillas y sube de puntillas los escalones hasta llegar a su habitación, enciende la luz y se encierra.se mira en el espejo. Tiene pelos de loca, el maquillaje corrido, y la camiseta le queda enorme, pero ella se ve guapísima con ella puesta. Se tumbó en la cama y recordó cada uno de los momentos de aquel día, bastante completo sí, pero piensa en lo que les espera mañana, habrá sangre, luchadores y cobardes, vencedores y vencidos,sonrisas y lágrimas, pero ella no se achantará, eso nunca, no es una cobarde, “tengo los ovarios bien puestos” se dijo a sí misma, “han tocado a mis amigas, y eso no lo volverá a hacer nadie” pensó después. Mañana habrá sangre, luchadores y cobardes, vencedores y vencidos, sonrisas y lágrimas , pero ella es valiente, y lo afrontará.
Quedan pocas personas así, fuertes y con valor.
ResponderEliminarTe sigo!
Graciaaaaaaaaas :)
ResponderEliminarahora mismo echaré un vistazo a tu blog
y gracias por seguirme ;)