Ella se sentía extraña, últimamente las cosas habían cambiado tanto… por una semana sintió que la felicidad, la completa felicidad volvía a su vida, por una semana volvió a sentirse entera, y pensó, que aquellas ilusiones que se rompieron en mil pedazos hacia no más de dos meses volvían a ocupar el lugar que debía. Pero después de esa semana la monotonía volvió a su vida, sintió que diciembre había llegado, tuvo la necesidad de mirar el calendario, aunque sabía a la perfección que tan solo estaban a principios de agosto, y el calor insoportable se lo demostraba nuevamente, pero la desolación se apoderaba de ella, la sensación de abandono, de incomprensión, volvió a estar presente dentro de ella, tan solo y tan rodeada de gente, que ironía ¿no?
Los sonidos de una calle que no era la suya, situada en una ciudad de la costa atlántica andaluza que no le pertenecía llegaban hasta la cama donde ella estaba sentada, pensaba, como tantas otras noches en todo lo que había pasado, en como de un momento a otro su vida se derrumbó, sin saber cómo ni por qué, todo paso, sin más ni más, todos los buenos momentos se convirtieron en efímeros recuerdos de una época totalmente distinta, y por supuesto más feliz.
Una lágrima calló desde sus ojos castaños, rodando por sus mejillas hasta llegar a sus labios, y más tarde, entrar en su boca, sabor salado, como el agua del mar, no le agradaba ese sabor, le recordaba al dolor, a las llantinas diarias que había sustituido por la impotencia de los eternos silencios, se conformaba con sollozar un poco cada noche bajo las sábanas de su cama, mientras la brisa nocturna acariciaba sus párpados.
En ese momento sintió que todo lo que le quedaba era él, y estaba a punto de perderle.¿
Cómo se podía comportar la vida así con ella? ¿Tan mala persona era que se merecía pasar por todo aquello.? La respuesta la sabía a la perfección. ¿Quieres saber cuál era? Fácil. La respuesta es Sí, seco, preciso, claro, y ante todo, acertado
Cómo se podía comportar la vida así con ella? ¿Tan mala persona era que se merecía pasar por todo aquello.? La respuesta la sabía a la perfección. ¿Quieres saber cuál era? Fácil. La respuesta es Sí, seco, preciso, claro, y ante todo, acertado
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