Él iba caminando lentamente por el centro de la iglesia, pausado, feliz, eufórico, aunque el no sepa lo que eso significa. Se le veía tan contento…y en ese momento miles de recuerdos de mi infancia recorrieron mi mente, personas que ya no estaban, gente que nos rodeaba, gente que hablaba mal…. Pero en ese momento pasó por mi lado y me besó la mejilla, eso era cuanto yo necesitaba de él, cariño, solo un poco, varias lágrimas recorrieron mis mejillas, lagrimas de felicidad por supuesto, verle a él tan pequeño, tan inocente allí con todos sus amigo me hacía la persona más feliz del mundo, y ante todo la más afortunada por tener un hermano como él
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